Mientras amaina la gélida tormenta que ha congelado al país en plenas Navidades, Estados Unidos intenta recuperarse de los estragos provocados por el frente ártico que se ha llevado la vida de más de 50 personas, la mitad en la zona de Búfalo, en el estado de Nueva York.

La tormenta Elliot, calificada como «única en una generación» por el servicio meteorológico nacional (NWS, en inglés), ha causado gélidas temperaturas desde los Grandes Lagos, cerca de Canadá, hasta el río Grande (también llamado río Bravo), en la frontera con México.

Las fuertes nevadas y los vientos huracanados han dejado a miles de personas atrapadas en sus casas y en las carreteras.

Miles de pasajeros varados en Nochebuena por la cancelación de vuelos y miles de hogares sin luz por el colapso de la infraestructura eléctrica.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo que su «corazón está con aquellos que perdieron a sus seres queridos este fin de semana festivo».

Búfalo, en el centro de los daños

Según el recuento de la prensa local, más de 50 personas han fallecido durante los últimos días por los estragos de la tormenta, cerca de la mitad en el noreste del estado de Nueva York, donde se encuentra Búfalo.

El número de muertos en ese estado asciende a 27, 18 de ellos en Búfalo, aunque las autoridades prevén encontrar más muertos en las próximas horas. Los cuerpos fueron hallados en vehículos, en casas y en la calle.

Hacía décadas que esta ciudad, fronteriza con Canadá y acostumbrada al frío, no vivía un invierno tan duro. Ha quedado totalmente colapsada por la nieve y permanece cerrado su aeropuerto, que da cobertura a las famosas cataratas del Niágara.

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