Desde El Salvador, la experta en comunicación Rosy Mixco lanzó una reflexión de alcance global sobre el papel de los medios digitales y las audiencias en un mundo saturado de información. Durante su participación en la entrevista Diálogo de Canal 21, la también directora del periódico digital Comercio y Negocios advirtió que estar en redes sociales ya no es suficiente: se necesita construir contenido con propósito.

Mixco señaló que la verdadera influencia digital no radica en la tecnología, sino en la conexión humana: “El verdadero poder está en quien le hace clic al otro lado”. Según explicó, las redes sociales deben verse como espacios de construcción, no solo de exhibición.

A nivel internacional, su análisis resuena en un momento donde el fenómeno de la desinformación y el sesgo de confirmación afectan tanto a democracias consolidadas como emergentes. “Hoy buscamos confirmar lo que ya creemos, no informarnos”, alertó Mixco.

También hizo un llamado a la responsabilidad compartida: emisores y receptores de contenido deben verificar, contrastar y consumir información desde fuentes confiables. “Las plataformas pueden educar o distraer, conectar o aislar; depende del uso humano”, afirmó.

El mensaje de Mixco trasciende fronteras: construir audiencias críticas y un periodismo responsable es una tarea urgente para todos los países en esta era digital.

Frente al avance del cambio climático y las presiones económicas que afectan a países en desarrollo, El Salvador está dando señales de una transformación agrícola liderada desde lo local. En el occidente del país, productores como don Jaco, en Ahuachapán, están abandonando el monocultivo para adoptar sistemas de producción diversificados y resilientes, una estrategia que ha ganado relevancia en foros internacionales por su potencial para enfrentar crisis alimentarias.

En su finca conviven tomates, chiles, güisquil y pepino, una mezcla que no solo diversifica ingresos, sino que también mejora la capacidad de adaptación a condiciones climáticas extremas. Esta reconversión agrícola, basada en conocimientos tradicionales e innovación local, fortalece la seguridad alimentaria y contribuye a una economía más circular.

La experiencia salvadoreña se alinea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) promovidos por la ONU, especialmente en lo relacionado a hambre cero, acción climática y producción responsable. Plataformas de comercialización como la Central de Abasto han sido clave en esta transición, al permitir conexiones directas entre productores y consumidores, reduciendo pérdidas poscosecha y la dependencia de intermediarios. Según el Ministerio de Agricultura y Ganadería, cerca del 30% de la producción agrícola nacional se pierde por falta de canales de venta eficientes, una cifra que comienza a revertirse gracias a estas iniciativas.

Aunque persisten retos como el alto costo de los insumos y el limitado acceso a financiamiento, esta transformación silenciosa del agro salvadoreño es una prueba de que el desarrollo sostenible puede construirse desde abajo. “Aquí seguimos, sembrando distinto. No porque queramos ser modernos, sino porque así nos toca sobrevivir”, reflexiona don Jaco. Su testimonio resuena más allá de las fronteras salvadoreñas, como ejemplo de cómo las soluciones locales pueden responder a desafíos globales.

La cadena de gimnasios refuerza su presencia nacional con una propuesta innovadora que apuesta por el bienestar integral en el occidente del país.

La reconocida cadena de gimnasios Be Fit continúa su proceso de expansión en El Salvador con el anuncio de una nueva sucursal en Santa Ana, lo que consolida su liderazgo como referente del acondicionamiento físico a nivel nacional. Esta apertura responde al creciente interés por estilos de vida saludables en la zona occidental del país, donde el acceso a servicios especializados en fitness de alto nivel aún es limitado.

Aunque la ubicación exacta se mantiene en reserva, representantes de la marca adelantaron que el nuevo gimnasio estará equipado con maquinaria de última generación, áreas de entrenamiento modernas y un equipo de instructores certificados, capacitados para ofrecer atención personalizada a los usuarios.

La expansión de Be Fit no solo representa una apuesta por la salud y el bienestar, sino también una oportunidad de crecimiento económico local. La nueva sede generará empleos directos e indirectos y se espera que dinamice el ecosistema de servicios deportivos y de salud en Santa Ana.

“Queremos llevar a Santa Ana una experiencia de entrenamiento que cumpla con estándares internacionales y que motive a las personas a transformar su estilo de vida de forma integral”, expresó un vocero de la empresa.

La apertura, prevista para los próximos meses, forma parte de un ambicioso plan de crecimiento que contempla la presencia de Be Fit en más ciudades estratégicas del país, consolidando su visión de hacer del fitness una experiencia accesible, segura y profesional para todos.

Cada 17 de junio, se celebra el Día del Padre en algunos países, una fecha dedicada a reconocer el esfuerzo y dedicación de quienes día a día construyen y sostienen el hogar. Si bien los obsequios tradicionales como ropa, perfumes o artículos tecnológicos siguen vigentes, hoy toma fuerza una nueva manera de homenajear a papá: regalarle una experiencia que lo relaje y lo conecte con su familia.

En este contexto, Autobuses Cristóbal Colón propone un plan diferente para este día especial: emprender un viaje en familia sin que papá tenga que conducir. “Papá merece descansar, dejar de lado el volante y simplemente disfrutar del camino. Puede relajarse, ver una película o escuchar su música favorita mientras nosotros nos encargamos del trayecto”, expresa Josef Valdez, gerente comercial de Cristóbal Colón para el Triángulo Norte de Centroamérica.

La propuesta de la empresa, marca local de MOBILITY ADO, se centra en transformar cada traslado en una experiencia placentera y segura. Sus autobuses están equipados con asientos reclinables, conexión WiFi, sanitarios a bordo y altos estándares de seguridad, lo que permite que el viaje se convierta en una oportunidad para convivir, descansar y crear recuerdos en familia.

Además de ser una opción cómoda, viajar en autobús también aporta al turismo responsable. Un solo autobús puede sustituir hasta 20 vehículos particulares, reduciendo hasta un 60% las emisiones de CO₂ y ayudando a descongestionar las carreteras, lo que convierte esta experiencia en un gesto sostenible para el medio ambiente.

Para quienes deseen planificar una escapada especial, Valdez recomienda destinos en Guatemala y Honduras que combinan naturaleza, cultura y aventura:

Guatemala

  • Sierra de los Cuchumatanes, Huehuetenango: la cadena montañosa más alta de Centroamérica, ideal para caminatas, fogatas y momentos inolvidables en un entorno natural.

  • Uaxactún, Petén: una joya arqueológica maya en medio de la Reserva de la Biosfera, perfecta para quienes quieren desconectarse de la rutina y sumergirse en la historia ancestral.

Honduras

  • Valle de Ángeles: ubicado a solo 30 kilómetros de Tegucigalpa, este pintoresco pueblo ofrece calles empedradas, artesanías, gastronomía local y naturaleza, ideal para un paseo familiar tranquilo y enriquecedor.

Con esta iniciativa, Autobuses Cristóbal Colón invita a las familias a celebrar el Día del Padre de una forma distinta: compartiendo experiencias que perduren más allá del día, mientras se impulsa un modelo de turismo más consciente, accesible y sostenible.

En una modesta finca del occidente de El Salvador, don Jaco recorre con paso firme los surcos de tomate, chile morrón, güisquil y pepino. Su andar, curtido por más de 20 años de trabajo en el campo, refleja tanto el esfuerzo como la transformación silenciosa que vive la agricultura salvadoreña: una evolución desde el monocultivo hacia un modelo más diverso, resiliente y conectado con los mercados locales.

“Antes bastaba con sembrar una cosa. Ahora ya no. Hay que adaptarse, probar, arriesgarse”, resume don Jaco, mientras observa con atención los primeros frutos de un experimento: su primera cosecha de pepino.

Su historia —la de la Finca El Progreso— es reflejo de una tendencia creciente: más productores están dejando atrás la dependencia de cultivos únicos como el maíz o el café, apostando por sistemas agrícolas mixtos que integran distintas hortalizas y productos de alto consumo. En un país donde el cambio climático, la volatilidad de precios y la migración rural son desafíos constantes, la diversificación se ha convertido en una herramienta de resistencia y sostenibilidad.

La tierra como maestra

Don Jaco, como muchos agricultores en El Salvador, no cuenta con formación técnica formal. Su aprendizaje ha sido empírico, construido con base en la observación, el error y la persistencia. “La tierra nos va enseñando qué quiere y qué no”, explica. Esa capacidad de escucha, de ensayo y adaptación, es lo que le ha permitido mantener la finca productiva y resiliente.

Actualmente, su parcela combina cultivos de ciclo corto con otros más rentables, y evalúa reintroducir café en pequeña escala, retomando una herencia familiar abandonada por años.

Esta innovación desde lo local parte del conocimiento profundo del entorno. “No podemos competir con las grandes agroindustrias, pero sí podemos ofrecer calidad, frescura y variedad. Y eso es lo que más nos agradecen los clientes”, afirma con orgullo.

Conectarse con el mercado: la Central de Abasto

Uno de los motores clave de este cambio ha sido la Central de Abasto, una iniciativa impulsada por el Gobierno a través del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) para facilitar el contacto directo entre productores y consumidores. Para agricultores como don Jaco, esta plataforma ha roto el viejo esquema de dependencia de intermediarios, quienes imponían precios y condiciones.

“Antes, uno producía y tenía que venderle al que viniera, al precio que dijera. Con la central, llevamos el producto nosotros mismos. Nos pagan justo y lo vendemos más fresco”, señala.

Según el MAG, hasta un 30% de la producción agrícola nacional se perdía por la falta de canales eficientes de comercialización. Iniciativas como esta están ayudando a revertir esa realidad, mejorando los ingresos de las familias agricultoras y reduciendo las pérdidas postcosecha.

Diversificar con inteligencia

El camino hacia una agricultura más diversa también implica nuevos retos. La falta de acceso a financiamiento, tecnología y asistencia técnica especializada continúa siendo un obstáculo. “Nos hace falta más apoyo. A veces queremos probar un cultivo nuevo, pero no hay quién nos asesore bien o los insumos son muy caros”, admite don Jaco.

Aun así, el cambio ya está en marcha. Lo que antes era visto como improvisación, hoy se reconoce como una forma de innovación adaptada a la realidad local. Una manera de ver la agricultura no solo como tradición, sino como una oportunidad de desarrollo.

Una agricultura que resiste

En un país donde más del 60% del consumo básico depende de la producción nacional, la apuesta de los productores por la diversificación tiene implicaciones profundas: contribuye a la soberanía alimentaria, fortalece las economías rurales y promueve el arraigo en las comunidades.

Don Jaco lo sintetiza con sabiduría campesina: “Aquí seguimos, día a día, sembrando distinto. No porque queramos ser modernos, sino porque así nos toca sobrevivir. Pero también nos llena de orgullo ver que nuestros productos llegan más lejos y que la gente los valora”.

La experiencia de agricultores como él demuestra que el futuro del campo salvadoreño puede construirse desde lo pequeño, lo diverso y lo propio. Porque en El Salvador, sembrar distinto ya no es una opción: es el camino.

El Ministro de Agricultura desmintió acusaciones que aseguran que el gobierno obliga a vender cosechas. Aclaró que el Bono Agrícola es para consumo familiar y que el Estado no compra productos, sino que facilita su venta.

Agricultores de distintas zonas del país salieron al paso: aseguran que los AgroMercados les han permitido vender más, mejor y sin intermediarios.

“Nos ha cambiado la vida. Antes vendíamos a lo que nos querían pagar, ahora somos nosotros quienes decidimos”, dijo un productor.

Una tragedia volvió a golpear a la cadena de gimnasios Smart Fit el pasado 2 de abril, cuando Loyda Yépez, una mujer de 60 años, perdió la vida durante su rutina de ejercicios. Testigos afirman que la víctima colapsó repentinamente y no recibió atención médica de inmediato, debido a la ausencia de servicios de emergencia en el establecimiento. Aunque los paramédicos llegaron tras una llamada de auxilio, los intentos por reanimarla fueron en vano.

Este fallecimiento se suma a otros dos casos recientes vinculados a la misma cadena. El 12 de febrero, un hombre de 49 años sufrió un infarto fatal mientras usaba una caminadora. Solo 17 días después, una joven de 20 años también perdió la vida al desplomarse durante su entrenamiento. En cada caso, se ha señalado la falta de personal capacitado para responder a emergencias como un factor crítico.

La reiteración de estos sucesos ha llevado a las autoridades a iniciar investigaciones que podrían desembocar en cargos por homicidio culposo por omisión. Estas muertes han encendido la preocupación entre los usuarios de los gimnasios, especialmente por la magnitud de la cadena, que opera más de 270 sedes y tiene presencia en una docena de países. La falta de protocolos efectivos y la aparente incapacidad del personal para atender situaciones críticas han sido el blanco de múltiples críticas.

En el caso más reciente, surgió además una denuncia preocupante: un médico presente en el gimnasio intentó asistir a la víctima, pero fue obstaculizado por empleados del local. Esta acción ha desatado una ola de indignación en redes sociales y medios de comunicación, intensificando el clamor ciudadano por una revisión urgente de las medidas de seguridad en centros de acondicionamiento físico.

Este nuevo incidente ocurrió en una sucursal ubicada en la Ciudad de México, capital del país donde han tenido lugar las tres muertes en menos de dos meses.

Otra muerte en Smart Fit, pero sigan contratando gente ineficiente que… | smart fit tlatelolco | TikTok

El Directorio de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) juramentó a Werner Ovalle Ramírez como nuevo Superintendente de la entidad, cargo que ocupará durante el periodo 2025-2030. La ceremonia estuvo encabezada por Jonathan Menkos Zeissig, presidente del Directorio de la SAT, quien destacó que Ovalle fue seleccionado por unanimidad entre los tres finalistas del proceso de selección, el cual incluyó evaluaciones académicas, profesionales, éticas, y pruebas psicométricas. Ovalle obtuvo el puntaje más alto, con 88 puntos, en una tabla de gradación utilizada para evaluar a los 14 postulantes.

Durante el acto, Menkos subrayó los desafíos y retos que enfrentará el nuevo Superintendente, entre los cuales destacó la necesidad de continuar incrementando la eficiencia en la recaudación tributaria sin la necesidad de nuevos impuestos. En este sentido, enfatizó que la administración tributaria tiene margen de maniobra para mejorar los tributos existentes y que la labor de Ovalle será esencial para avanzar en esta dirección. El presidente del Directorio también resaltó la importancia de una SAT equilibrada: firme con quienes evaden y defraudan, pero cercana y eficiente con los contribuyentes que cumplen con sus obligaciones fiscales.

Por su parte, Werner Ovalle, en su primer discurso como Superintendente, presentó sus principales objetivos de gestión, que incluyen la facilitación del cumplimiento tributario voluntario, el fortalecimiento de la transparencia institucional, la mejora de la experiencia del contribuyente, la simplificación de procesos y la lucha contra el contrabando y la defraudación fiscal. Además, reafirmó su compromiso con la transformación digital de la SAT y la consolidación de una cultura de integridad dentro de la institución. El acto también fue ocasión para que Marco Livio Díaz, el superintendente saliente, expresara su agradecimiento al personal de la SAT y reconociera los avances logrados en su gestión, especialmente en la recaudación y la lucha contra el contrabando.

Centroamérica se consolida como un destino icónico para vivir la Semana Santa, gracias a su riqueza espiritual, tradiciones centenarias y recorridos culturales que atraen tanto a turistas locales como internacionales. En El Salvador, Guatemala y Honduras, las rutas religiosas ofrecen una experiencia única, que combina fe, historia y paisajes impresionantes.

Durante esta época, MOBILITY ADO, a través de su marca Cristóbal Colón, facilita la movilidad regional con rutas modernas y confortables, conectando los principales destinos del Triángulo Norte. Su apuesta por una experiencia segura y cómoda permite a los viajeros disfrutar plenamente de las celebraciones religiosas sin preocuparse por el transporte.

“Para quienes deseen recorrer estos destinos de manera cómoda y segura, Cristóbal Colón ofrece rutas que conectan la región, permitiendo que los viajeros disfruten del verano y puedan aprovechar el descanso de la Semana Santa sin preocupaciones”, expresó Josef Valdez, gerente comercial de la compañía para Centroamérica.

El Salvador: devoción entre tradición y cultura

En El Salvador, la capital San Salvador se convierte en epicentro de procesiones solemnes que parten de la Catedral Metropolitana, destacando el fervor de miles de feligreses. En Suchitoto, la atmósfera colonial ofrece un espacio ideal para la reflexión, mientras que en Izalco, el legado indígena y católico se entrelaza en una de las celebraciones más auténticas del país.

Guatemala: majestuosas procesiones y patrimonio vivo

Guatemala es conocida mundialmente por sus celebraciones de Semana Santa, especialmente en Antigua Guatemala, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Las calles se cubren con elaboradas alfombras de aserrín, flores y frutas, mientras las procesiones recorren la ciudad con solemnidad y belleza inigualables.

En Ciudad de Guatemala, templos como La Merced, La Recolección y la Catedral Metropolitana organizan cortejos procesionales que llenan de fe y color las calles del centro histórico. Quetzaltenango y Huehuetenango también destacan por su fuerte tradición religiosa y comunitaria.

Honduras: fervor en escenarios históricos

En Honduras, ciudades como Comayagua y Tegucigalpa se convierten en centros de expresión religiosa. Comayagua, con su casco antiguo colonial, es famosa por sus alfombras de aserrín y su Catedral, una de las más antiguas de la región.

La ciudad de Gracias, en Lempira, ofrece un ambiente sereno y colonial, ideal para la reflexión espiritual, mientras que Copán Ruinas mezcla la espiritualidad cristiana con el legado de la civilización maya, brindando una experiencia cultural única.

Turismo en alza en la región

Las estadísticas reflejan un crecimiento del interés turístico en la región. El Salvador cerró 2024 con 3.9 millones de visitantes, un 17 % más que en 2023, consolidándose como el principal destino turístico centroamericano, según el MITUR. Guatemala recibió 3 millones de turistas, con un incremento del 15 %, de acuerdo con INGUAT. Honduras, por su parte, registró más de 741 mil visitantes turísticos, un aumento del 2.6 %, según el Instituto Nacional de Migración.

“En Cristóbal Colón, nos enorgullece ser parte de la experiencia de Semana Santa para miles de viajeros. Nuestra misión es conectar a las personas con sus tradiciones y seres queridos”, agregó Valdez, invitando a los usuarios a consultar horarios, rutas y promociones por compra anticipada en redes sociales: @cristobalcolonautobuses.

Con su propuesta de movilidad regional, Cristóbal Colón refuerza su papel como aliado estratégico del turismo y la cultura en Centroamérica, conectando a las personas con sus raíces durante una de las épocas más significativas del año.

En el marco del Día Mundial de la Felicidad, la organización de innovación social Guate Azul participó en la ceremonia de reconocimiento a Pinecrest, Miami, como la primera Ciudad de la Felicidad en Estados Unidos, destacando su visión como un modelo a seguir para el desarrollo urbano en Guatemala.

El evento reunió a líderes internacionales y expertos en sostenibilidad, quienes compartieron estrategias centradas en el bienestar ciudadano como eje de transformación social. Pinecrest fue reconocida por la Fundación Mundial de la Felicidad gracias a sus avances en áreas como reducción de emisiones de carbono, aumento de espacios verdes, cohesión social, y la integración de políticas que priorizan la calidad de vida de sus habitantes.

“Este reconocimiento a Pinecrest es una muestra de que es posible diseñar ciudades que prioricen el bienestar ciudadano. Desde Guate Azul, buscamos adaptar estas estrategias para fortalecer comunidades guatemaltecas y hacer del bienestar un pilar del desarrollo sostenible”, expresó Javier Medrano, director de Guate Azul.

La metodología de medición de la Fundación incluye una amplia gama de indicadores que van desde aspectos medioambientales, sociales, educativos, culturales y espirituales, hasta elementos macroeconómicos y de gobernanza. Esta visión holística del desarrollo urbano permite construir comunidades más resilientes y sostenibles.

En un contexto global donde más del 55 % de la población vive en zonas urbanas —una cifra que, según la ONU, se elevará al 68 % en 2050—, se hace cada vez más urgente implementar modelos urbanos que integren la sostenibilidad con el bienestar colectivo. Para Guate Azul, el modelo de Pinecrest ofrece valiosas lecciones que podrían ser replicadas en ciudades guatemaltecas para enfrentar desafíos como el crecimiento acelerado, la inseguridad y la desigualdad.

Durante su participación, la delegación de Guate Azul también sostuvo reuniones con expertos internacionales y representantes de otras iniciativas de Ciudades de Felicidad, con el propósito de establecer alianzas estratégicas y enriquecer su propuesta de transformación urbana para Guatemala.

El festival, que este año puso énfasis en la relación entre sostenibilidad, salud mental y desarrollo económico, sirvió como una vitrina global para que Guate Azul presente su modelo, alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas.

Con esta participación, Guate Azul reafirma su compromiso con el bienestar, la inclusión y el desarrollo sostenible, apostando por un futuro donde la felicidad sea un indicador tangible del progreso social en Guatemala.