En un acontecimiento cargado de esperanza para la preservación de la biodiversidad, el Parque Nacional Laguna del Tigre, ubicado en la Reserva de Biósfera Maya, celebra el nacimiento del primer pichón de guacamaya roja (Ara macao cyanoptera) en su laboratorio de incubación artificial. Este hito significativo es el fruto de la colaboración entre la Wildlife Conservation Society (WCS), el Consejo Nacional de Áreas Protegidas (CONAP) y el apoyo inestimable de Grupo AJE y otros donantes.

El equipo del laboratorio de incubación artificial fue testigo de este momento histórico el pasado marzo, marcando el comienzo de la temporada 2024 con un suceso de enorme importancia para la conservación de esta especie, que se encuentra altamente amenazada y vulnerable.

El proyecto no solo se enfoca en facilitar el nacimiento de los pichones, sino que también comprende intervenciones complementarias destinadas a fortalecer la producción natural de crías en su hábitat silvestre. Esto incluye la incubación y crianza a mano de polluelos, los cuales son gradualmente reintegrados a la naturaleza mediante su liberación en una jaula de vuelo en el parque. Como resultado directo de este esfuerzo colaborativo, en septiembre del año pasado se liberaron 22 crías de guacamaya roja en el campamento Laguna El Perú, en el corazón de la Reserva de la Biosfera Maya.

Fernando Matheu, Jefe de Sostenibilidad de Grupo AJE Centroamérica, destaca que este logro materializa las expectativas de la empresa, que busca fomentar el crecimiento de la población de esta especie mediante el nacimiento, desarrollo y adaptación de las crías en su entorno natural.

El programa respaldado por la empresa no se limita al proceso de liberación, sino que también incluye el monitoreo de nidos naturales, la instalación de nidos artificiales y el seguimiento posterior a la liberación de las crías.

Rony García-Anleu, Director del Departamento de Investigaciones Biológicas de WCS a cargo del laboratorio, expresa su emoción al ser testigo de este primer nacimiento, augurando un año prometedor para la conservación. “Mientras esperamos la llegada de más pichones, nos dedicamos a cuidar y preparar a las crías enfermas o con bajo peso para su liberación junto con aquellas provenientes del programa de incubación”, añade García-Anleu.

Este hito no solo representa un avance en la preservación de la guacamaya roja, sino que también destaca la importancia del trabajo colaborativo entre organizaciones conservacionistas y el sector privado en la protección de nuestra invaluable biodiversidad.